El cuento feliz de la hija del sultán de Brunéi
Nada en Brunéi se asemeja al mundo que en Occidente conocemos. Y mucho menos lo iba a ser una boda. El pasado domingo se puso fin a una semana de suntuosas celebraciones por el matrimonio de la hija del sultán de este pequeño país asiático, Hassanal Bolkiah, poseedor de una de las mayores fortunas de Asia, estimada en 15.000 millones de euros. ¿Qué iba a suponer para él gastar 15 en hacer que su hija se sienta el día más importante de su vida como lo que es, una princesa?
Con un vestido beige -aquí los que han de ir de blanco son los invitados- que brillaba aún más que las paredes doradas del palacio de 1.700 habitaciones de su padre, llegó Hajah Hafizah Sururul Bolkiah -a la que más comúnmente se llama princesa Hafizah- el domingo a una ceremonia en la que el sultán presentó en la corte a los recién casados. La joven, de 32 años, no apareció sola. A sus espaldas 16 guardas reales la protegían con sus escudos y lanzas. Ante ella, 3.000 invitados entre los que no faltaban los primeros ministros de Tailandia, Camboya y Filipinas -la reina Isabel II, aunque no acudió, deseó a los novios «muchos dichosos años juntos»-.
Y como allí todo parece ir al revés, el novio entró en segundo lugar, no sin que antes le lavasen los pies y le espolvoreasen arroz amarillo como manda la tradición. Un ritual que no sirvió para relajarle, porque Pengiran Haji Muhammad Ruzaini (lo dejaremos en Ruzaini), de 29 años, estaba visiblemente nervioso.
Conjuntado con el vestido de la princesa, el novio fue escoltado por la Guardia Real hasta la novia, que aguardaba junto a su padre. Y es que, aunque la pareja ya había contraído matrimonio civil el jueves, no fue hasta ese momento que recibió la bendición del sultán, que, en un tradicional gesto de cariño propio de su cultura, colocó la mano de Ruzaini en la frente de su hija. Junto a ellos, dos jarrones con flores de cristal de las que caían unos huevos para desearles un matrimonio fértil. Un montaje digno de ‘Las mil y una noches’.
La princesa Hafizah es la quinta de los doce hijos -cinco hombres y siete mujeres- que Hassanal Bolkiah ha tenido en sus tres matrimonios. Pero formar parte de la realeza en un país con monarquía absoluta musulmana no ha hecho que la joven se quede en palacio esperando a su príncipe azul: estudió Administración y Dirección de Empresas y en la actualidad trabaja en el Ministerio de Finanzas. El novio, por su parte, es funcionario de la oficina del primer ministro -puesto que ocupa el que ahora es su suegro-.
Es la primera boda real que se celebra en Brunéi desde 2007. Un gran evento para un país de poco más de 350.000 habitantes, con una superficie similar a la de la provincia de Alicante y en el que el alcohol está prohibido.
Mientras los paises africanos musulmanes se muereen de hambre y se reclama a la Iglesia Católica que venda sus activos para alimentarles, los musulmanes ricos despilfarran las riquezas de los paises que controlan, en lujo y ostentación personales.