¿Existe Cristofobia en la España del siglo XXI? ¿Se persigue, se condena y se priva del empleo a un funcionario público por el hecho de ser cristiano? ¿Puede un juez de Familia ser católico? Parece una pesadilla, o que hablamos de otro país, pero todo eso le ha ocurrido al juez Fernando Ferrín Calamita (Zamora, 1957) con la entrada del nuevo siglo en España.

Ferrín Calamita cometió la “torpeza” de seguir su conciencia, además de hacer cumplir escrupulosamente la Ley. En 2006, una mujer con sentimientos homosexuales solicita al juzgado que él preside la patria potestad de la hija biológica de su pareja. El juez Ferrín sigue el protocolo para estos casos y solicita unos informes periciales para determinar si ese entorno social podría ser idóneo, o bien perjudicial, para el desarrollo de la menor. Desde ese momento, el juez Ferrín Calamita fue presionado, amenazado, extorsionado y expulsado de su empleo, teniendo que pasar por un verdadero martirio profesional y familiar; incluido el linchamiento de algunos medios mayoritarios y el deterioro de su salud. Éste es un libro que habla de la Justicia y, también, que quiere hacer justicia.