Un encomiable ejercicio de fe ha guiado al Granada hasta el triunfo sobre el Málaga en el encuentro que cerraba este lunes la jornada de la Liga BBVA, que el equipo local ha empleado para consolidar su mejoría desde la llegada al banquillo, saldada hasta el momento con dos victorias en otros tantos derbis andaluces.

El partido se inició con susto local, ya que al poco del pitido inicial Maresca marró una ocasión muy clara, al mandar fuera el balón tras un pase franco de Cazorla. Dentro de una primera parte bastante espesa en cuanto a juego, las mejores ocasiones llegaron de cabeza, en el bando local por medio de Mikel Rico y en el visitante con Demichelis, pero tanto Caballero como Julio César respondieron con intervenciones de mérito.

El partido se volvió intenso tras el paso por vestuarios, con un Granada decidido a llevarse otro derbi andaluz tras superar esta temporada a Sevilla y Betis. Una buena combinación premio el esfuerzo nazarí. Martins abrió a banda y Mikel Rico puso un centro potente en la cabeza de Ighalo, que anotó a placer.

Diez minutos le costó al Málaga devolver el golpe con una jugada exquisita nacida en la clarividencia de Seba Fernández. El uruguayo aguantó la pelota en el área de espaldas y tuvo la paciencia necesaria para esperar la llegada de Monreal y dársela de tacón. El internacional español ganó la línea de fondo y metió el pase de la muerte para que Rondón empatara.

El Granada acusó el golpe y pegó un bajón en su juego, pero cuando más desubicado parecía llegó el tanto del triunfo. Restaban diez minutos para la conclusión cuando un potente disparo de Siqueira obligó a la estirada de Willy Caballero, cuyo despeje llegó franco a las botas de Iñigo López para que el riojano marcara a puerta vacía. El Málaga ya no pudo reaccionar lastrado por la expulsión de Demichelis, que dio la bienvenida a la liga española a Henrique con una entrada escalofriante.