La Federación Católica de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Sevilla (Fecapa) sostiene que el programa de educación afectivo sexual que el Ayuntamiento de Sevilla divulga entre los niños de entre 0 y 5 años “incita a la masturbación y a la homosexualidad”, razón por la que recurrirán a los juzgados para solicitar que se anule de la oferta docente, según información aparecida en el diario El Mundo.

Los padres de alumnos de centros escolares católicos ya impugnaron este curso ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) cuando la Consejería de Educación lo ofertó para todos los niveles educativos, desde Infantil a Primaria. Una demanda a la que ahora se sumará el nuevo recurso, específicamente destinado a intentar que el Ayuntamiento de Sevilla no contribuya a su difusión, “pues se trata del mismo curso”.

Según ha explicado el presidente de la Fecapa, Carlos Seco, los padres consideran que este programa “vulnera el derecho a la libertad ideológica y de enseñanza, y viola el derecho de las familias a educar a sus hijos conforme a sus convicciones”.

De ahí que ahora hayan decidido iniciar oficialmente los trámites para exigir al Ayuntamiento hispalense que retire de su oferta educativa el programa de educación afectivo-sexual que ofrece a los centros educativos para el alumnado de 0 a 5 años.

“Denunciamos este programa porque incita al alumnado de 0 a 5 años a la masturbación y a la homosexualidad”, asegura el portavoz de los padres. Además, añade, “insiste en la construcción de la propia identidad -sexual-, dando a entender que es algo que se puede manipular, en la diversidad de orientaciones sexuales y en la ideología de género”.

Antes de recurrir al juzgado, la Fecapa ha instado al Ayuntamiento de Sevilla a retirar este curso, mediante varios escritos y cartas dirigidas al alcalde, sin que hayan obtenido resultado, “por lo que nos vemos obligados a iniciar oficialmente los trámites para exigir su retirada en la vía jurisdiccional”.

“La orientación sexual no es algo caprichoso y este programa educativo deja entrever que sí, como si no fuera algo basado en criterios biológicos”, explica Seco.

Colegas afirma que es una queja “sesgada”Tras conocer el anuncio de la Fecapa, la Federación Andaluza de Asociaciones de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (Colegas) ha lamentado la “actitud homófoba” de la entidad.

La interpretación que hacen las APA católicas del módulo de educación sexual patrocinado por el Ayuntamiento de Sevilla a través de su área de Servicios Sociales y Salud es, desde su perspectiva, “no sólo ofensiva sino del todo sesgada, en tanto que el módulo únicamente procede a manifestar la igualdad existente entre las diferentes orientaciones sexuales que se dan de forma natural”.

“Es del todo irresponsable que se pretenda hurtar a los alumnos un elemento tan importante como es la prevención en las enfermedades de transmisión sexual y el ejercicio de un proceso de construcción de una sexualidad responsable. Informar no induce a la homosexualidad, sino que representa un elemento para acabar con la exclusión y la discriminación de nuestros jóvenes, al tiempo que reduce el bullying y la exclusión en nuestras aulas”, ha argumentado Rafael Moral, presidente de Colegas.

Extractos del contenido

Uno de los extractos del material didáctico que los padres rechazan dice que: “… Por parte del profesorado, deben programarse actividades que tiendan a compensar aquellas deficiencias con las que niños y niñas acceden a la escuela, y que vienen por su pertenencia a uno u otro sexo (“en aras a facilitar el proceso de adquisición de la identidad sexual, debemos favorecer la discriminación entre lo que es porque así viene dado (genitales masculinos o femeninos) y lo que es porque así lo quiere la sociedad (características de género), relativizando en la práctica pedagógica la asignación de estas características a uno u otro sexo (juegos y juguetes, vestidos, adornos…)”.

“El material, disponible para cualquier profesor a través de internet, también incluye que: “A pesar de que los niños y las niñas saben con toda certeza que son niños o niñas, no adquieren la permanencia de su identidad hasta los cinco o siete años. A lo largo de toda la primera infancia puede pensar que de mayores tendrán otra identidad y que ésta depende de su voluntad. De forma que, por ejemplo, un niño de tres años puede creer que de mayor será ‘una mamá'”. Y a continuación añade: “Los padres y educadores sólo deben intervenir para que aprendan a no masturbarse en público a medida que van creciendo (indicándole expresamente que pueden hacerlo en su habitación o en cualquier lugar privado, porque es una conducta privada aceptable)… Lo importante es evitar las amenazas y castigos, también el decirles que se trata de una conducta fea y peligrosa”.

Si los padres tienen creencias religiosas en las que la conducta de masturbación es condenada, apunta, “tienen todo su derecho a transmitirlas, pero no deben decirles a sus hijos que la masturbación sea física y psíquicamente peligrosa, porque no es verdad. No se puede instrumentalizar la ciencia para legitimar consejos basados en creencias religiosas”.

“Los prepúberes tienen suficientemente desarrollada la fisiología del placer como para que, si la descubren, lleven a cabo conductas de autoestimulación o experiencias sexuales con otros menores. La masturbación es la conducta sexual que mejor expresa la motivación de placer, pero a veces lo buscan también a través de juegos o experiencias sexuales bastante explícitas”.