El Cardenal Arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, después de decir misa y asistir a la capilla ardiente de Manuel Fraga, señaló que se va “un amigo y un paisano que estuvo muy cerca siempre de la vida de su pueblo y de su parroquia”. Una admiración y una amistad que, pese a la “diferencia de edad”, se fue fraguando primero durante los meses de verano y posteriormente debido al desempeño de sus respectivos cargos públicos. Hablaban mucho sobre los temas de actualidad, y sobre “asuntos que trascendían la inmediatez política”, según nos ha hecho saber.

“Siempre puso por delante el sentido cristiano de la vida”, dijo Antonio María Rouco. La misa del domingo era “esencial” para Manuel Fraga, ya que era “hijo de una familia cristina y de una madre muy cristiana”.

Para él era muy importante la “reconciliación nacional”, recuerda Rouco Varela.