El Barça no tiene piedad del Hospitalet (9-0) y el Valencia confirma con autoridad su pase a octavos de Copa (4-0)
Supo el Barça adornar un partido sin garbo y llenar de goles, belleza y talento su clasificación para octavos de Copa. Tuvieron seriedad su alineación, con un único jugador del filial que no lo es tanto, Cuenca, y su juego. Una muestra de respeto a Hospitalet y también una medida de precaución, que se convirtió en imprudencia cuando a la media hora se marchó lesionado Iniesta. Quince días estará fuera. El percance afeó el triunfo azulgrana. También la primera piedra de la goleada: un penalti que se inventó González González y que sirvió el 1-0. El resto sonó a música celestial, con diez canteranos de salida, a mayor gloria de La Masía, y tres más que se subieron después con el choque en marcha.
Hospitalet preparó una puesta en escena audaz y descarada, extremando su presión y llevándosela a las barbas de Puyol, Piqué y Fontàs, esa defensa de tres que tan bien viste al equipo. Incluso David Prats sobresaltó a Pinto con un remate peinado cerca del palo. Aquella salida de purasangre se quedó en frenazo en seco cuando González González se entrometió en la pelea y juzgó como penalti un leve toque en el hombro de Moussa a Cuenca fuera del área. El desmayo del azulgrana, muy poco realista, no ayudó a justificar la equivocación.
Lo transformó Pedro, al Barça le entró un hambre natural (o inducido por el 5-1 del Madrid a la Ponferradina, que hasta en estos detalles se buscan las zapatillas) y a Hospitalet, una pájara del tamaño del Camp Nou. Y la invasión resultó sencilla: Thiago desde la izquierda, Cuenca desde la derecha, Iniesta y Xavi en subidón creativo y Cesc y Pedro repartiéndose el papel de ariete. La exaltación de ese 3-7-0 que también hizo trizas al Santos en Yokohama. Iniesta y Thiago dispararon el marcador y el Camp Nou se entusiasmó entre larguísimas combinaciones en una baldosa. Y entonces llegó la lesión de Iniesta, tras un choque con Craviotto. Un problema muscular, explicaba con gestos el doctor Pruna. Se lo temía Guardiola, con ambas manos en la cabeza, quizá pensando en que extremó el celo.
Sin que se detuviera el festival, el técnico miró al futuro con preocupación y retiró a Xavi. La galopada, en cualquier caso, continuó ante un rival que ya fue un guiñapo.
Xavi, poco antes de marcharse, y Tello, su sustituto, firmaron la mano antes del descanso. Veinte minutos después andaba ya el 8 en el marcador, con tantos de Cuenca, Thiago, de penalti, este sí claro, de Viale al propio Cuenca, y Tello de nuevo. Cuenca quiso estar en casi todo, ampliando mucho el campo y atreviéndose una y otra vez, virtud que le asoma ante rivales de mayor y menor cuantía. Hizo el noveno. Y Tello entró al desafío desde la izquierda. Por ahí aparece la enésima alternativa. Craviotto, en cualquier caso, paraba más de lo que encajaba. Y el Hospitalet, que hora y media antes del choque se empleó a fondo en sacarse fotografías en el Camp Nou, salió muy movido e irreconocible en la que de verdad importaba.
VALENCIA, 4 – CÁDIZ, 0
El Valencia CF confirmó su pase a los octavos de final de la Copa del Rey al vencer por 4- 0 al Cádiz CF, en un encuentro que los valencianistas sentenciaron en la primera mitad con tres goles, ante un rival que dio la cara y que ahora debe centrarse en su objetivo de intentar el ascenso a la Liga Adelante.
A los cinco minutos Víctor Ruiz cabeceaba un balón a la salida de un córner, batiendo a Gonzalo y poniendo el 1-0. Un resultado que pudo igualar el equipo de José González a los 20 minutos con una gran ocasión de Ikechi que controló completamente solo en el área pero disparó alto.
El conjunto ‘ché’ conseguía el segundo a los 28 minutos, gracias a un gol de Jonas que aprovechó la pasividad defensiva cadista. Antes del descanso llegaba el tercero, cuando Soldado cabeceaba un buen pase de Piatti.
En la segunda mitad los de Emery marcaban el cuarto, obra de Ever Banega en el 68. Un gol que fue definitivo y que propició que el Valencia acceda a los octavos de final.
Que conste que el 9-0 fue jugando.