Las dos hijas de Zapatero, a la izquierda, en el día del orgullo gay.

A escasos días de abandonar La Moncloa, Laura y Alba Zapatero, hijas del presidente en funciones del Gobierno, han disfrutado de la actividad lúdica de Madrid en una ‘excursión’ sin precedentes conocidos. Este mismo jueves, las jóvenes acudieron juntas al cine con dos amigas. Pero no fue una salida de ocio más. Según revela la revista Vanitatis, no se quisieron perder el pre-estreno de Fuga de Cerebros 2, película protagonizada por Paula Prendes, Adrián Lastra, Patricia Montero y el mítico actor David Hasselhoff (El coche fantástico), al que acudieron una gran cantidad de medios de comunicación, así como rostros conocidos.

Nadie reparó en su presencia, a pesar de que las hijas de Rodríguez Zapatero y sus amigas iban custodiadas por cinco escoltas, tres hombres y dos mujeres, en un importante despliegue de seguridad. Ni tan siquiera se percataron los fotógrafos, que fijaron sus objetivos en vips como Fonsi Nieto, María Castro o Ana Fernández, obviando su presencia, nada usual en la noche madrileña. Laura y Alba disfrutaron de la proyección de la película, que tuvo lugar en los cines Callao, desde un lugar privilegiado: en las primeras filas y muy cerca de los intérpretes del filme. Los ‘guardias custodios’ hicieron lo propio en los asientos anexos.

Una hora antes, las adolescentes y sus dos amigas se acercaron al hotel Vincci de Gran Vía, donde se acicalaban los actores protagonistas, para conocerles en persona. Una vez allí, se fotografiaron con ellos. Lo que más llamó de ellas fue su estética, que sigue siendo cercana al look gótico. La que ha experimentado un cambio más evidente desde la publicación de la única fotografía que existe de ambas, realizada durante un encuentro con Barack Obama, ha sido la hija mayor del presidente y Sonsoles Espinosa, que ahora luce el pelo de color rojo.

Una adolescencia “muy difícil”

La salida nocturna de Laura y Alba a un cine, donde había cantidad de fotógrafos y periodistas, demuestra la sensación de libertad que les ha otorgado el hecho de que su padre se retire de la vida política. Con fama de “rebeldes”, no han pasado por una adolescencia demasiado fácil y han escenificado más de un problema familiar. Ahora, lejos de La Moncloa emprenderán el camino que en su día tomaron otros hijos de expresidentes. Dos vías: atravesar la delgada línea de la fama, como los Aznar; o sencillamente volver al anonimato, como los González.