Con la llegada de José Antonio Monago a la presidencia de la Junta de Extremadura se acabaron los privilegios que hasta ahora disfrutaban sus señorías. El Parlamento regional acaba de aprobar un duro plan de ajuste que entrará en vigor el próximo año por el que se recortan los gastos de sus diputados. El objetivo: recortar en un 8% el último presupuesto de la cámara. Aún así las cuentas estarán dotadas con 14,4 millones de euros.

Entre otras cosas, se congelarán los sueldos de los diputados, no podrán gastar más de 250 euros al mes en teléfono móvil y si viajan a costa del contribuyente deberán hacerlo en clase turista. Además las comidas de trabajo serán menos copiosas: deberán pedir el menú del día.

Pero la medida más sorprendente es que se terminaron las botellas de agua. A partir de ahora todos deberán tomar agua del grifo. Se han instalado varias fuentes en la sede de la Cámara para que los diputados puedan calmar su sed.