Telecinco encuentra un filón en las amas de casa
María-Helena Sánchez Ortega- La máquina propagandista de Telecinco y sus fieles aliados, los psicólogos, han encontrado un nuevo filón popular: las amas de casa incautas, que no es lo mismo que las incautas amas de casa. Todo ello con la ayuda de Betty Friedan, psicóloga y periodista -1922-2006- que publicó en 1963 La mística de la feminidad, uno de los hitos del feminismo posterior.
Friedan se basaba en sus encuestas a amas de casa, y trataba de describir el malestar de estas en la América posterior a la Segunda Guerra Mundial y lo que ella llamó “la enfermedad sin nombre”. Esta escritora trataba de describir el vacío de una vida monótona y solitaria, que conducía a menudo a neurosis y un malestar que ellas mismas casi no podían definir. La autora fundó a continuación el National Organization for Women, que tuvo un impacto importante en la sociedad americana de los años sesenta y setenta.
Desde entonces ha corrido mucha agua bajo los puentes, y la ama de casa a la que se refería Betty Friedan casi se ha extinguido. Las mujeres se han incorporado al trabajo y ya no permanecen solas y aburridas en las casas de urbanizaciones aisladas, reinando sobre el aparato de TV y los electrodomésticos. A pesar de esto, Telecinco acaba de descubrir la rentabilidad de sus opiniones.
Una señora madura se va con otros amiguetes a una “isla salvaje”, llena de cámaras de TV, equipo auxiliar, médicos, y otros compañeros mártires. En la soledad de este retiro espiritual medita sobre sí misma, y descubre que “no sabe nada de la vida”, que “los chavales que están con ella saben cosas que ella no ha vivido nunca a su edad”, y decide cambiar de vida en cuanto regrese “al mundo civilizado”. Incluso repite compungida: “Yo he cuidado de mi marido y de mis hijos, ¿y quién ha cuidado de mí?”
Las amas de casa incautas aplauden en masa, la votan y la ayudan a ganar un sabroso concurso que cuenta con un premio de varios miles de euros y otros beneficios aledaños. Incluso hace olvidar que se trata de la cuñada y peluquera de una famosa cantante, -tan buena cantante como bonne vivant- que ha viajado por todo el mundo, y ha asistido a todas las reuniones, juergas nocturnas, cenas y comidas posibles, que sus ingenuos votantes -sean quienes sean- no han podido ni siquiera soñar. Como guinda de este pastel, la dieta de la isla -probablemente lo único auténtico del programa- le ha permitido adelgazar, según dice, casi 15 kilos, y se supone que hay en el horizonte un flirt, que se decía antes, con un apuesto jovenzuelo.
La dama acaba de hacer su reaparición en el mundo real dispuesta a reiniciar su vida bajo el signo de la libertad -tal vez parafraseando al pobre Paul Eluard y su bello poema “… et par le pouvoir d’un nom je recomencé ma vie. Liberté”- y le esperan múltiples entrevistas pagadas, e incluso portadas ligerita de ropa. Todo el mundo se pregunta cómo terminará su romance con el apuesto mancebo. Todo un espectáculo para amenizar un tórrido verano, en todos los sentidos. Los psicólogos que prepararon este sabroso plato han dado en el clavo. Gracias a un viejo libro. Circo, mucho circo. aunque ahora tengamos poco pan.
Los amores con el jovencito no forman parte de las tesis de La mística de la feminidad, pero el tema también fue debatido por el grupo de feministas. Erica Jong -autora de Miedo a volar- zanjó un poco el asunto cuando dijo: “No quiero tener que competir con mi hija”. La cuestión, en realidad, no era nueva. La ilustrada Madame Deffand -1697-1780- se enamoró de su asiduo visitante Horacio Walpole a pesar de una diferencia de casi 20 años, y gracias a ello nos ha quedado una interesante correspondencia. La conservadora escritora Cecilia Böhl de Faber se casó en 1837 con un señor que tenía 15 años menos que ella, y que tuvo el mal gusto de dejarla viuda suicidándose, y el autor de La isla del tesoro también lo hizo con una señora que tenía 10 años más que él en 1880. Dieron que hablar, pero no les importó, tal vez porque ellos no eran lo mismo que la mayoría.
El tema está ahora sobre el tapete a causa de una dama, a quien Telecinco apoya mucho, y parece que siguen pensando que “tiene morbo”.
El culebrón está servido para el resto del verano. Propongo que toda la comandita, el equipo de psicólogos, la señora madurita, el jovenzuelo, y por supuesto Telecinco, paguen un tanto por ciento de sus beneficios a los herederos de Betty Friedan en concepto de derechos.
*María-Helena Sánchez Ortega es profesora titular de Historia Moderna y especialista en Historia de las Mujeres.
Es una pena que esta cadena, se dedique a ajusticiar a la gente, y encima las empresas que publiciten sus productos en la misma, creo que esta cadena deberia de tomar otro rumbo más humano, no creersen jueces, justicieros y pateticos
Bueno, yo soy ama de casa…. ¿vida vacía y monótona? Que va, mi vida es estupenda, tengo muchas cosas de qué ocuparme. Eso sí, no tengo que levantarme de madrugada como una esclava y salir a trabajar ocho o diez horas para luego llegar cansada y estresada a mi casa a tratar de resolver los problemas creados precisamente por mi ausencia…. no hay nada como levantarse a la hora que se te antoje. Pero eso sí ¿Telecinco? ¡Vade retro, Satanás! Si casi no veo la tele….. prefiero leer, conversar de política con mis hijos o con mis amigos. En honor… Leer más »