José Mourinho le ha ganado una pequeña batalla a la UEFA. El Comité de Apelaciones de la UEFA decidió ayer reducir a tres partidos la sanción al entrenador del Real Madrid por sus declaraciones «muy graves» al término de la ida de semifinales de Champions de la temporada pasada. El portugués, quien ya cumplió el primer encuentro del castigo en la vuelta de la eliminatoria contra el Barcelona, podrá sentarse en el banquillo el tercer partido de la fase de grupos, el próximo 18 de octubre.

«La sanción de cinco partidos, con un quinto encuentro suspendido por un período de prueba de tres años, se sustituye por una sanción de cinco partidos, con el cuarto y el quinto encuentro suspendido por un período de prueba de tres años. La sanción de 50.000 euros impuesta a Mourinho se mantiene», explicó la UEFA en su comunicado.

El castigo original fue impuesto por la Comité de control y disciplina de la UEFA por sus quejas sobre los árbitros y por sus insinuaciones de corrupción tras el partido europeo ante el Barcelona en el Bernabéu. «¿Por qué?, ¿por qué cada semifinal pasa lo mismo? (..) No sé si es la publicidad de UNICEF o el poder de Villar en la UEFA. Ellos han conseguido este poder, los otros no tienen posibilidad», lanzó el portugués.

Mourinho acudió ayer para explicar, durante más de seis horas, aquellas declaraciones ante el Comité de Apelaciones de la UEFA en Nyon. El luso no dudó en aducir como defensa la «libertad de expresión», frente a la acusación de arremeter contra el juego limpio de la competición. Mourinho, una vez más, gano (o por lo menos no perdió) el pulso a sus detractores.