Alberto Contador dio la sorpresa en la decimosexta etapa del Tour de Francia al lanzar un ataque en el único puerto del día, el col de Manse (2ª), que pilló a todos despistados menos a Evans y Samu. El pinteño dio el pistolezado de salida a la guerra de los Alpes arañando 1:06 a Andy Schleck y 18 segundos a su hermano Frank y a Thomas Voeckler, que sigue siendo el líder de una carrera que se ha abierto más que nunca. Hushovd fue el otro vencedor del día.

El ‘pistolero’ del pelotón apretó su gatillo en un día que se presumía tranquilo para los hombres importantes de la general. Sin tiempo que perder, el de Pinto utilizó el factor sorpresa en una jornada donde ninguno se esperaba un desenlace así. Su valentía le hizo recortar una diferencia que puede ser vital en su deseo de conquistar el que podría ser su cuarto Tour de Francia.

El día transcurría con normalidad, aunque con un ritmo muy alto que adelantó en cerca de media hora la llegada a meta. La lluvia volvía a hacer acto de presencia, pero nada hacía presagiar que la clasificación fuera a generar cambio alguno. Una escapada del día formada por Alan Pérez, Hushovd, Hesjedal, Grivko, Boassen Hagen, Devenyns, Roy, Toni Martin e Ignatiev, gozaba de una ventaja muy amplia con respecto al pelotón.

El perfil de la etapa apenas presentaba una dificultad en sus 162,5 kilómetros repartidos entre Saint-Paul-Trois-Châteaux y Gap. Se trataba del único puerto puntuable del día, el col de Manse (2ª), con 9.5 kilómetros de subida y un desnivel medio del 5.2 %. Antes de llegar a él, Ignatiev se marchaba en solitario, pero su aventura no duraría mucho.

Hesjedal y luego Hushovd lograron darle caza y, coronado el puerto, los tres se lanzaron a por la victoria. Pero, para sorpresa de todos, la emoción estaba detrás. A unos 3 kilómetros para coronar la ascensión, Contador lanzaba un ataque que más bien servía de aviso para navegantes. Sus rivales, menos Basso, contestaron como pudieron. Fue ahí donde se vio que no todos ellos están del todo frescos, en especial, los Schleck.

Poco después, el del Saxo Bank lo volvió a intentar y se llevó de nuevo a los favoritos, pero al ataque le siguió un fuerte tirón que terminó por dejarlos a todos, menos a Evans y Samuel Sánchez. El australiano colaboró en los últimos metros de la subida, consciente de que él podría ser el gran beneficiado de la valentía de Contador.

Los tres coronaron el puerto y el hueco conseguido con el resto de ‘gallos’ ya era una realidad de cerca de medio minuto. El descenso sirvió además para aumentar la ventaja. Cadel Evans bajó como una moto y Contador le siguió bien. Samu, experto en descensos, tuvo algunos problemas para seguirles. Y es que el tirón del de BMC estaba siendo tan fuerte que terminó por irse solo, con los dos españoles siguiéndole unos metros más atrás.

Y, después de ellos, rodaban el resto, donde Voeckler, tiró para retener el maillot amarillo y eso hizo que se cortara Andy Schleck, que había sufrido en la subida y había realizado el descenso con mucho miedo. Su hermano quedó por delante y podría estar despejada ya una de las incógnitas de quién de los dos será el hombre fuerte para la general de París, aunque aún queda mucho.

Pero todavía no teníamos vencedor del día. El noruego Thor Hushovd respondió a su papel de favorito para imponerse en un fácil sprint a su compatriota Boasson Hagen. Después lo hacían otros escapados rezagados y, por fin, los favoritos. Evans logró 3 segundos de ventaja con Contador y Samu y quedaba por ver el tiempo que perderían los demás.

Al final, el ‘motín’ español se cerró con 18 segundos de ventaja con el grupo de Voeckler y Frank Schelck (donde Rojas logró recortar puntos por el verde), 51 segundos con Basso y 1:06 con respecto a Andy Schleck, el gran perjudicado de la jornada. La guerra ha comenzado y, si mañana en Pinerolo no estaban previstos los ataques, después de lo visto hoy, todo puede pasar. Y eso que todavía queda el Galibier y el Alpe d’Huez…