Más de la mitad de la población española sufre obesidad. Así lo indican diferentes estudios médicos recién realizados en el país. Los especialistas afirman que el sobrepeso no solo deteriora la calidad de vida sino también puede generar enfermedades cardiovasculares.

Lucía es una joven con un problema que le atormentaba y que no le dejaba llevar una vida normal: su peso. Hace unos meses se subió a la báscula, y cuando ésta superó los 90 kilos, decidió que tenía que hacer algo.

“Se me dormían las piernas, estaba totalmente hinchada, no podía comprar, entonces llegó un momento en que tenía que adelgazar como fuera”, comenta Lucía que está sometida a un tratamiento para perder peso.

Ahora la mujer está siguiendo un tratamiento y pesa 76 kilos, aunque su objetivo es perder diez más. Ha sufrido muchos inconvenientes debido a su obesidad. Diversos especialistas afirman que este mal puede originar muchas otras enfermedades.

“La principal consecuencia es que la calidad de vida se deteriora. Independientemente de que luego haya enfermedades tradicionales como la diabetes, la hipertensión, el aumento del colesterol, las enfermedades cardiovasculares, la artrosis… todas ellas están asociadas a la obesidad y en gran parte de ellas están originadas por la obesidad”. dice Manuel Gargallo, el secretario de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad

España no se libra de un problema que afecta a casi todos los países occidentales. De hecho, en el país la situación es cada vez más similar a la de los EE. UU., donde la obesidad resta años de vida. Un estudio realizado por el propio doctor Gargallo revela que el 60% de la población española tiene sobrepeso u obesidad.

Uno de cada cinco niños en España es obeso, y la tercera parte de la población infantil tiene sobrepeso, según un informe de la Sociedad Española de Salud Pública. Este porcentaje amenaza con seguir creciendo, y una de las principales causas es la mala alimentación que existe actualmente. La famosa dieta mediterránea se está perdiendo.

Cambiar la dieta es uno de los principales puntos a la hora de luchar contra la obesidad. Pero además, la solución a este problema pasa por una mayor concienciación personal y de la sociedad en general, además de las administraciones sanitarias, ya que hoy por hoy, los fármacos que existen contra la obesidad no se financian.