Zeljko Obradovic tenía una espina clavada desde el 25 de febrero del año pasado, cuando el Regal Barcelona derrotaba al Panathinaikos, entonces vigente campeón, en el OAKA (67-70) y le dejaba fuera de los cuartos de final de la temporada 2009-2010. Ayer se tomó la revancha para acabar con la ilusión azulgrana de volver a jugar la Final Four en el Palau Sant Jordi de Barcelona donde, en 2003, ganó su primer título de la competición.

El equipo ateniense fue el ganador de la serie, pero el gran vencedor resultó Obradovic, que llegará a Barcelona aspirando a su octavo máximo entorchado europeo y que supo neutralizar el potencial azulgrana con defensas alternativas, dominio del rebote y marcajes implacables sobre Juan Carlos Navarro y Erazem Lorbek.

Xavi Pascual lo intentó todo, pero su equipo se fue desgastando hasta el punto de que los 67 tantos anotados ayer fueron su segundo peor registro ofensivo de toda la temporada en la Euroliga.

Desde el inicio. El choque ya empezó mal para los catalanes, porque Navarro no salió en el equipo inicial por unas molestias en los isquiotibiales que fueron a más durante el choque. Las cosas parecían ir por buen camino cuando Diamantidis, el verdugo del Barça sobre la pista, debía sentarse a los dos minutos con dos personales y, a los siete, Nicholas se iba lesionado en el tobillo.

El choque se mantenía equilibrado, aunque Batiste campaba a sus anchas en la pintura visitante, pero un gran Fran Vázquez rompía la defensa ateniense y su equipo ponía por arriba (20-24, min. 14), hasta que un parcial de 9-2 devolvía la iniciativa a los locales (29-26). La última ventaja barcelonista llegaba al comienzo del tercer cuarto (34-35) y con 44-40 (min. 26) Diamantidis lograba su primera canasta. A partir de ahí, el base y Batiste rompieron el partido (63-50, min. 34). Los de Pascual buscaron el milagro a base de triples, pero el sueño del Sant Jordi ya se había esfumado.