El CDS, sigue con su tarea de recogida de residuos políticos provenientes de otras formaciones, sobre todo de la Comunidad de Madrid. No importa que estos centristas de nuevo cuño no se hayan caracterizado nunca por defender una idea original, ni por pronunciar una frase genial, ni por aportar algo diferente a lo que la casta suele. Lo importante para los de Paco Cabra es completar un número determinado de listas que proyecte la imagen de un partido que cuenta con amplios recursos humanos. Tampoco parece relevante el hecho de saltar al ruedo político sin explicar a la opinión pública qué se piensa acerca de la inmigración, de la ideología fundamentalista de género, de la privatización de empresas públicas, del modelo autonómico, de la crisis del sistema, de la vigencia o no del humanismo cristiano en la esfera pública…

Por lo que se ve, esos son sólo conceptos teórico cuya defensa o repudio parece no ocupar un lugar destacado en la hoja de ruta del CDS. Lo que importa ahora es confeccionar listas electorales, sobre todo allí donde el PP se juega la mayoría absoluta. Una de estas circunscripciones con presencia ‘centrista’ es el municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón. En representación del CDS, se presenta allí Miguel Pérez de los Mozos (en la imagen), uno de los fichajes de ‘relumbrón’ anunciado a bombo y platillo por los del ex socialista Cabra.

Miguel Pérez de los Mozos, sin embargo, ya fue edil del CDS en el mismo municipio madrileño. Firmó el “manifesto de los cien”, documento crítico a la gestión de Adolfo Suárez y que le valió la suspensión de militancia en julio de 1990. El hoy candidato centrista se incorporó a contiunuación a un grupo independiente.

Sorprende que la desafección de entonces hacia la figura de Suárez se torne ahora loas y alabanzas al de Cebreros. Una incoherencia más de quienes quieren reflotar las históricas siglas a lomos de un conglomerado de sensibilidades que irían desde el falangismo y el transfuguismo al socialismo, versión mujer de Rubalcaba.