Construyen una maternidad en Mali a cambio de erradicar la ablación en niñas
La ONG Mujeres Solidarias, integrada por personal sanitario y universitario de Málaga, ha construido una maternidad, un centro de salud y un pozo de agua en Sama, un pequeño pueblo del País Dogón (Malí), a cambio de que la población local erradique la práctica de la ablación genital a las niñas.
Ambos edificios sanitarios están siendo atendidos por cuatro habitantes de este poblado que, aunque ya contaban previamente con algún título, se han formado durante seis meses para ello, ha manifestado a Efe la presidenta de la organización, enfermera y profesora de la Universidad de Málaga, Mariviti Rodríguez.
Así esta maternidad rural ha comenzado a funcionar recientemente con una enfermera, una matrona, un técnico de farmacia y otro de vacunaciones, aunque aún necesita un aporte de 35.000 euros para la instalación de placas solares, ya que por ahora obtiene la electricidad de un pequeño generador.
La maternidad, el centro de salud y el pozo han supuesto una inversión de 200.000 euros, aportados por los 72 socios de esta ONG, el esfuerzo de sus cien voluntarios, las “escasas” subvenciones y la recaudación de mercadillos benéficos como el que celebrarán en el Hotel Petit Palace de Málaga desde mañana hasta el miércoles.
Lo más costoso, según Rodríguez, ha sido instalar el pozo de agua, ya que aunque funciona con placas solares ha debido realizarse una perforación con maquinaria a 120 metros de profundidad, donde existen “bolsas de agua importantes”, atravesando una capa de arena de entre veinte y treinta metros de grosor.
“Salen 30.000 litros de agua a la hora y la gente lloraba al verlo porque allí es algo totalmente increíble”, ha declarado Rodríguez, quien agrega que el sistema empleado para construir el pozo evita que el agua se contamine y que sucedan accidentes laborales o caídas de niños durante su realización.
Respecto a la erradicación de la ablación, Rodríguez ha afirmado que “ya prácticamente no se están realizando mutilaciones genitales” en Sama, aunque las negociaciones para conseguirlo se han prolongado durante tres años.
“En mi último viaje me reuní con el comité de mujeres y les ofrecí dos gallinas, un pollo y tres cabras para cada familia que no practique la ablación a sus hijas y aceptaron”, ha contado Rodríguez, quien asegura que cada lote de animales cuesta cincuenta euros y con ellos “se salva a una niña”.
Mujeres Solidarias también emplea el “trueque” para fomentar la repoblación forestal de la finca de mil metros cuadrados que ocupan la maternidad, el centro de salud y el pozo, ya que obsequian con ropa y otros regalos a los niños que se encarguen de cuidar los árboles que plantan en cada viaje.
Entre los proyectos de futuro de esta ONG se encuentra la creación de una huerta comunitaria para fomentar la “autonomía” de los habitantes de este poblado de Sama y enriquecer con frutas y verduras su alimentación, así como continuar sufragando el material escolar a los niños para que todos puedan ir al colegio.